Límites claros y consistentes en
la crianza de los hijos
El poder seguir límites claros y consistentes (que no cambien de la noche a la mañana) da a nuestra vida la seguridad y dirección para conducirnos correctamente. Para ello comparto ciertas recomendaciones con la intención de contribuir en la delicada e importante labor de la crianza de los hijos.
Para el logro de lo anterior, todos los involucrados en la administración de la autoridad deberán estar de acuerdo en tres aspectos: qué es lo permitido, que no y de hacer algo que no está permitido como se sanciona.
Ser constantes con las reglas, mantenerlas, ser congruentes y firmes al imponerlas.
No pretender controlar lo que no es controlable, tener como propósito lograr que el niño se comporte de una manera de acuerdo a un código ético, moral, con valores y principios por iniciativa propia y no por temor a ser sancionado. No se podrá pretender vigilarlo todo el tiempo.
Evitar errores en la aplicación de sanciones o consecuencias. La sanción deberá ser aplicada cada vez que se infrinja la regla y no dar solo recordatorios acerca del cumplimiento de las mismas.
Los castigos deberán ir aumentando su severidad evitando empezar con el más fuerte ya que después de éste el niño ya no tendrá nada que perder.
Si los adultos han decidido aplicar una determinada consecuencia, es porque saben bien que se trata de algo importante para los niños. Si ellos comentan que en realidad no les importa el castigo, los adultos deberían mantener su postura y anunciar alguna consecuencia más fuerte en caso de reincidencia, pero no aumentar el castigo simplemente porque parece no importar.
Es importante evitar frases como: «…ya no sé qué hacer para que me escuchen», » ¿qué hago ahora?»,»…¡no puedo más!», ya que al contrario de contribuir a conseguir la conducta deseada, trasmiten desesperación, inseguridad y desorientación.
Finalmente se presentan 6 posibilidades para contrarrestar las conductas no deseadas las cuales pueden ser manejadas según el caso:
- Estimular y resaltar conductas que sean incompatibles con la que queremos eliminar.
- Es posible lograr que una conducta disminuya por el sólo hecho de no prestarle atención.
- En el caso que diga que no puede hacer una determinada tarea, es importante no dejarse llevar por respuestas emocionales, para evitar la manipulación. No hay que caer en la frustración porque de esta forma se alimenta su sentimiento de incompetencia, hay que estimularlo a que él si puede hacerlo, y resaltar su esfuerzo y la importancia de haber logrado la tarea, y el animarle a seguirlo hacerlo.
- En el caso de que se rebele, desafíe y subestime la autoridad, es importante no caer en el enojo, ni entrar en la lucha de poderes, recordarle quién es el que manda sólo alimentará su deseo de desafiarnos. Es importante hacer un alto, no contestarle ni mucho menos gritarle en público, es aconsejable llevarlo aparte y aplicarle una consecuencia.
- Puede ser que el niño haga cosas solo para llamar la atención, para hacer notar su presencia. Su comportamiento pudiera no ser negativo en demasía. Es importante no acceder a darle atención por su comportamiento inadecuado y aplicar una consecuencia, (no sin antes hablar con él). Asimismo es fundamental prestarle atención de inmediato la próxima vez que tenga una conducta adecuada.
- Uso de tiempo fuera. El hecho de que el niño se aleje por un momento de la situación de conflicto permite también al adulto relajarse y después pueda comentar la situación y expresar que esta permitido y que no.
Cuando el niño esté en tiempo-fuera:
No lo mire
No le hable
No hable sobre él
No actúe con enojo
No permanezca en el mismo sitio, si es posible
Permanezca tranquilo(a). Siga las pautas indicadas
Sabiendo que se deben utilizar estas sugerencias de manera particular según el niño y la problemática estoy seguro que serán de gran utilidad en la ardua tarea de ser padres. No me resta más que agradecerles la atención puesta en este documento y ponerme a sus órdenes.
Dr. Jorge Nava
Terapeuta familiar y de pareja
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