Depresión: ¿Cómo diferenciarla de la tristeza?
Actualmente, existe una confusión entre estar deprimido y sentirse triste. Esto suele suceder porque en ambas situaciones prevalecen signos negativos de la personalidad y desde un aspecto anímico, debido a diversas circunstancias de la vida de una persona. No obstante, es importante comprender la diferencia, ya que la depresión se trata de un trastorno mental y no un estado de ánimo transitorio.
La mayoría de las personas se han sentido tristes, abatidos o melancólicos en ciertos momentos de la vida. Este sentimiento, como cualquier otro, es normal y es parte de nuestro amplísimo repertorio de sensaciones que nos convierten en seres humanos. Por este motivo, es importante que poder distinguir claramente las señales que diferencian a la depresión de la tristeza, para poder actuar de forma adecuada en caso de padecerla.
¿Cómo reconocer la necesidad de la ayuda profesional?
La depresión se puede presentar en las distintas etapas de la vida. Tiene como característica una pronunciada pérdida de interés y de placer por aquellas actividades que las personas afectadas solían disfrutar anteriormente. Asimismo, puede presentar distintos síntomas:
- Sensación de cansancio
- Inquietud
- Falta o exceso de sueño
- Dificultad para concentrarse
- Confusión mental y olvidos
- Lentitud
- Inactividad
- Retraimiento e irritabilidad
- Sentimiento de culpa u odio a sí mismos
- Pensamiento de muerte o suicidio
Entendiendo que la tristeza es un sentimiento válido en ciertas situaciones que podemos atravesar en nuestra cotidianidad, podemos afirmar que la misma se diferencia contundentemente de la depresión clínica, ya que afecta severamente la vida en el día a día, por períodos prolongados.
¿Qué hacer ante una sospecha de depresión?
Si nos sentimos identificados con los aspectos señalados en el cuadro depresivo, es indispensable buscar apoyo en nuestro entorno, así como también ayuda profesional. El asesoramiento psicológico permitirá que el paciente, mediante la palabra, pueda incorporar nuevas estrategias y formas de percibir e interpretar sus experiencias. La introspección permitirá que poco a poco la persona aprenda a regular sus emociones y pensamientos, para evitar recaídas.
Es posible que la terapia psicológica deba ser acompañada con medicación antidepresiva. En casos de depresión leve, esta es una opción a tener en cuenta, ya que deben ser considerados los pros y los contras de la incorporación de fármacos al tratamiento. Si el especialista evalúa que es un caso de depresión más grave, se hace necesario añadir la medicación apropiada.
Cuando estos recursos no son suficientes, los médicos pueden sugerir TMS (estimulación eléctrica transcraneal) que consiste en un procedimiento no invasivo de emisión de pulsos magnéticos repetitivos para estimular las células nerviosas, con el objeto de mejorar los síntomas de la depresión.
Los resultados de los tratamientos podrán observarse después de la cuarta a la décima semana. Dependiendo del tipo de tratamiento y del paciente en sí, las terapias pueden prolongarse durante cerca de un año, aunque esto es muy variable. En cada momento de la vida el abordaje terapéutico será diferente y se ajusta conforme a las necesidades propias que la etapa que el ciclo vital supone.
Si cree que puede estar deprimido, consulte a su médico. Sólo alguien capacitado en salud mental puede saber con certeza si está deprimido.
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